ídolo.
(Del lat. idōlum, y este del gr. εἴδωλον).
1. m. Imagen de una deidad objeto de culto.
2. m. Persona o cosa amada o admirada con exaltación.
Ernesto CHÉ Guevara, lider argentino de la revolución cubana, y promotor de la misma en otros lugares como El Congo y Bolivia, se ha convertido en un icono. El sistema de la imagen y el mercado absorbe las imágenes "vendibles" y las explota hasta la saciedad, desvirtuando el signficado inicial de esa idolatría, como ocurre con la imagen de John Lennon, o Bob Marley, convertidos en deidades del pensamiento libre, aunque ninguno supera la supremacia del guerrillero argentino.
La izquierda, adopta a nivel popular el papel de víctima, es triste, debido a antecedentes y sucesos, pero la autocompasión lleva al conformismo y al estancamiento, algo que en principio teórico choca, o debe chocar con cualquier planteamiento alineado al pensamiento izquierdista.
Convertir a un guerrillero o cantante en deidad, es cometer el mismo error que siempre se ha acometido a el control de la religión. Las figuras "sobrehumanas", son cargadas con la esperanza, la protección del colectivo y la inmovilidad, el no aceptar como diría Kant nuestra "mayoría" de edad.
El Ché Guevara ilustra habitaciones, chapas, camisetas de adolescentes y de no tan adolescentes, desviando a la izquierda de la autoexigencia. El papel de la comodidad, no permite hacer algo que es realmente indispensable para el avance de cualquier tendencia ideológica con cierto compromiso, la autocrítica.
Es duro reducir la "crisis" de la izquierda a este concepto, pero lo que está claro, esque imágenes sobreexplotadas, iconos desvirtuados por el sistema de mercado, componen una coraza de lágrima contínua que evita el progreso y la evolución.
La izquierda debe autocriticarse, renovarse y olvidarse de revoluciones que jamás volveran y que siempre fracasaron, la izquierda debe olvidarse de héroes y salvadores, ya que el estancamiento y victimismo vitalicio, hará que siempre nos miremos entre nosotros, encogiendo los hombros y balbuceando frases que de tan repetidas como mero discurso han perdido todo el sentido.
Este proyecto es una autocritica personal e ideológica, la creación de un nuevo Ché Guevara, una bandera roja con la cara del personaje en el centro, pero esta vez, no es la foto de Alberto Korda, si no que en la bandera ondea la fotografía del argentino muerto, la foto que el ejército boliviano dsitribuyó para cerciorar la muerte del héroe.
El proyecto se inicia con la creación de banderas que apenas podrán ser distinguidas a primera vista de la original, varias copias serán realizadas con la intención de ser integradas en manifestaciones y actos en los que la cara del guerrillero suele ser partícipe.
La autocrítica es indispensable para la (R)evolución.
