.prohibir.
(Del lat. prohibēre).
tr. Vedar o impedir el uso o ejecución de algo.
subliminal.
(De sub- y el lat. limen, -ĭnis, umbral).
1. adj. Psicol. Que está por debajo del umbral de la conciencia.
2. adj. Psicol. Dicho de un estímulo: Que por su debilidad o brevedad no es percibido conscientemente, pero influye en la conducta.
La ciudad llena de normas y prohibiciones. Hacen que aceptemos de forma cotidiana y automática la forma de funcionar a base de normas establecidas.
Códigos utilizados como convivencia, organización (por ejemplo, del tráfico), y normas que sientan las bases de funcionamiento de la ciudad, preparan nuestra percepción para reaccionar a estímulos prohibitivos y que los aceptemos hasta el punto de no saber funcionar sin señales externas impuestas por “lo organizado”.
Sin dudar de lo necesario de estos códigos de convivencia, creo que nuestra forma de funcionar como autómatas a la hora de caminar o seguir el vertiginoso ritmo de la ciudad y las obligaciones laborales según el rol que nos toque desempeñar a según que hora del dia, convierten estas prohibicones en la base de nuestro funcionamiento normal en el territorio común o público.
El individuo esta por todos lados marcado y conducido por señales con colores rojos, con cruces o con barras diagonales que dicen qué hacer en cada momento, líneas amarillas que recuerdan normas educativas básicas como “espere su turno”, y hierba que no debe ser pisada simplemente para seguir pareciendo una hierba que nunca estuvo allí hasta que no se construyeron esos chalets.
Este tipo de señales implicitas en el lenguaje organizativo de la ciudad, educan y organizan la percepción haciendo que ni pensemos lo que realmente dicen, solo lo asumamos y actuemos en consecuencia, por aclarar ciertos puntos, en este escrito no se pretende cambiar el código de colores de los semáforos, solo plantear un cuestionamiento, si reaccionamos con este automatismo ante esos estímulos, ¿que nos asegura que no vamos a reaccionar así ante otros?, por ejemplo, publicidad, campañas políticas...
Sin perder la confianza en el ciudano, ¿donde esta la separacion entre...NO FUME, NO PASAR, o...VOTE, COMPRE?
percibir.
(Del lat. percipĕre).
2. tr. Recibir por uno de los sentidos las imágenes, impresiones o sensaciones externas.
La percepción es educada y acostumbrada a un funcionamiento automático que deja adormecidos nuestros resortes internos, o capacidades de reacción.
Como necesidad urgente de la reactivación de esos resortes que hagan que veamos en vez de miremos, o que comprendamos en vez de leer, surge la idea del presente proyecto denominado:
prohibiciones subliminales - incitación a la consciencia
Se trata de la creación de imágenes y textos breves que emulen o copien señales, y estímulos habituales, para sustituirlos y crear en el espectador un momento de duda, simplemente un pequeño cortocircuito.
Sería demasiado pretencioso el creer que con este proyecto se podría cambiar la percepción habitual, o las reacciones a los mensajes preestablecidos y tán bien controlados por la organización urbana, por eso solo se pretende pellizcar mínimamente esa visión, provocar una vista atrás para volver a mirar el cartel o señal, algo que quizás en un futuro cuando vuelvan a ver un estímulo sin manipular, haga que se gaste un segundo más en pensar sobre aquello que se nos viene dado.
Planteamiento de la accion
Dentro de la iniciativa Prohibiciones subliminales-Incitación a la consciencia, surge el primer proyecto con intención de ser materializado.
Intervención "subliminal" en el metro de Valencia. En un principio se realizará en una estación determinada, y más adelante podria ser ampliado a otras.
Como desafío directo al ciudadano, a su mecansimoo perceptivo, se manipulará de forma mínima y discreta la línea de precaución que marca la distancia de seguridad entre el usuario y el metro.
Vacío de ningún contenido poético, revindicativo, o nada que se le pueda semejar, se invitará al ciudadano a un suicidio por parte de la organización del metro de valencia.
Evidentemente, como se explicó en la entrada anterior, este tipo de estímulos pretenden hacer saltar una pequeña chispa en el usuario medio adormecido por madrugar para ir al trabajo, o imbuído en su mp3.
El mensaje consiste en una pegatina mimetizada con la línea de separación que incitará a saltar a la vía.
El usuario se encontrara ante sus pies un mensaje suicida en medio de un ambiente adormecido, rutinario, y automatizado.
Para realizar la acción es conveniente conocer el lugar de actuación y los riesgos a los que podemos ser expuestos.
En el momento en el que se utiliza el logotipo oficial del metro de Valencia en la pegatina manipulada, existen mas posiblidades de ser acusados de acciónes contra la propia institución.
Es por eso que antes de llevar a cabo todo esto, y mientras se hacen las investigaciones legales pertinentes para cubrirse las espaldas, un estudio del campo sobre el que se va a actuar es más que necesario.
La estación de metro sobre la que se va a actuar, es de tránstio medio-alto.
Es simétrica respecto a la entrada en dirección contraria, y a partir de ciertas horas no muy nocturnas, prescinde de vigilancia humana, para dar paso a las siempre presentes, cámaras de seguridad.
En este pequeño esquema se presenta la situación de la estación.
Los diferentes colores, representan los radios de visibilidad de las tres cámaras de seguridad.
Presenta al fondo de la plataforma una forma de visibilidad baja para las camaras, pero es la zona menos transitada ya que la gente se concentra mientras espera, en la mitad de la plataforma. Justo en el espacio donde confluyen los tres campos de visión.
En horarios de baja afluencia, la pegada del mensaje puede ser más facil, siempre intentando tapar la cara de alguna forma, (gorra, sombrero), y realizando de forma rápida la pegada del papel.
Posiblemente, nadie se fije ni revise las cámaras, pero cualquier precaución es poca sobre todo si se quiere repetir la acción con diferentes mensajes, o en diferentes estaciones.
Existen tres cámaras de seguridad como se indica en el plano.
